martes, 24 de septiembre de 2013

Despedida.

  De: Elisa, tu nieta pequeña.
  Para: Mi ángel.

  Querida abuela, te escribo esta carta porque el tormento de no haberme podido despedir de ti me persigue.. Así que, pensé que lo primordial sería escribirlo, que es lo que mejor se me da.. Confío en que vas a leerla y en que al menos, conseguiré quitarme este peso de encima.

  Tu pérdida no está siendo fácil para nadie.. Pero tranquila, cuando lloro pienso que me estás mirando desde arriba con tus preciosos ojos y se me pasa, porque no quiero que me veas llorar.

  ¿Qué tal el reencuentro con el abuelito, tus hermanos, tu padre, tu madre..?, espero que bien. Me da mucha alegría que vuelvas a verlos, si puedes dile a todos que los quiero y que aunque a algunos no los haya conocido me basta con lo que tú me contaste de ellos para amarlos y apreciarlos eternamente.

  No nos has dejado un sólo un día, pero ya te echamos en falta.. El consuelo es que aunque nosotros te despidamos, ellos te reciben con los brazos bien abiertos, estoy segura.

  No sabría cómo agradecerte todo lo que has hecho, no sólo por mí, sino por todos.. Ahora veo tu casa y en ella puedo apreciar lo mucho que te volcabas en esta familia, ya que tienes fotos de todos y cada uno de nosotros.

  Yo estoy muy bien con Pablo, me consuela mucho y, a parte, gracias a él me distraigo y no pienso tanto en lo malo.

  He visto el libro de “La voz dormida” en un mueble y me sentí muy bien al regalártelo.. Es una de las pocas cosas que te di a cambio de tantísimos años cuidándome. Creo que me lo voy a leer, y no sólo ese, creo que voy a empezar a leer a fondo, a ver si así se me pega algo de tu cultura e inteligencia.

  Me hubiera gustado pedirte lo mismo que el abuelito le pidió a su madre antes de que esta muriera, es decir, me hubiera gustado pedirte que vinieras a verme y a contarme cómo es ese lugar que algunos llaman cielo, pero no pasa nada, tampoco quiero que te separes nunca más de esas personas que tanto esperaban tu llegada para volver a disfrutarte.

  Hoy he soñado contigo, estabas en el sillón sentada jugando con la tablet, como solías hacer y no parabas de hacer cosas, te levantabas a hacer la comida, te ponías a fregar, veías la tele un rato..

  Tampoco quiero engañarte, te voy a echar mucho de menos, muchísimo. Voy a echar de menos tu olor, tu risa, tu voz, tus besos, tus abrazos, tus caricias, tus consejos, en definitiva, voy a echar de menos todo el amor que me dabas. Pero no te preocupes abuelita, que aunque ahora sólo vea que te has ido y que nunca más te voy a ver, dentro de unos días empezaré a recordarte como mi segunda madre, como la mujer que más admiro, como la luchadora que eras, como la mejor abuela del mundo y como mi ejemplo a seguir, porque, si quiero ser como alguien cuando sea mayor esa persona eres tú.

  Ah, y una cosa que apenas te decía pero que sé que tenías claro, te quiero abuelita.

Pd: Te escribiré más cartas, no te preocupes por nosotros que bastante hiciste ya.. Te querremos hasta el final de nuestras vidas.

Siempre tuya, Elisa.